¿A quién no le cuesta reincorporarse al trabajo y a la rutina diaria después de las vacaciones? La verdad es que a todos nos afecta volver a nuestro día a día, pero hay casos en los que las consecuencias son tan intensas y negativas que se puede hablar de síndrome postvacacional. En realidad, no se trata de una patología severa, sino más bien de un trastorno adaptativo, pero no por ello sus efectos deben tomarse a la ligera.
Por eso, te recomendamos una serie de pautas para hacer más cómodo y menos traumático el regreso al trabajo. Entre ellas, contar de nuevo con la achicoria como aliada, gracias a sus propiedades relajantes, para que la reentrada al trabajo se te haga menos cuesta arriba y no te estreses demasiado.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
Primero vamos a aclarar que es este término tan utilizado. Se trata de un trastorno leve, que en la mayoría de los casos no suele durar más de dos o tres semanas, caracterizado por producir una sensación de apatía, falta de energía y tristeza en la persona que tiene que reincorporarse al trabajo y a sus obligaciones diarias, tras agotar su periodo de vacaciones.
Según la SEMYFC (Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria), en la incidencia de este trastorno no hay diferencias de género y afecta por igual a hombres y mujeres, sobre todo a los mayores de 40 años. Puede aparecer con mayor frecuencia en personas que se incorporan al trabajo sin haber disfrutado de un periodo de transición, aquellos con trabajos rutinarios y que laboralmente se sientan desmotivados.
Además, este síndrome afecta más cuanto más extenso haya sido el período vacacional. Su incidencia es mayor de lo que creemos, ya que se estima que un 41% de los trabajadores sufrirá en alguna ocasión esta molestia.
Síntomas del síndrome postvacacional
Sus síntomas son parecidos a los del estrés y tan solo un porcentaje mínimo de casos precisan ayuda profesional. La Asociación Estadounidense de Psiquiatría lo califica como un “trastorno relacionado con traumas y factores de estrés, y detalla su sintomatología relacionándola con la del trastorno por estrés postraumático.
Puede variar tanto de tipología como de intensidad, según sea la situación y personalidad del afectado. En general se puede hablar de:
-Apatía. -Estado de ánimo triste. -Falta de energía. -Sensación de hastío y ansiedad
Volver al trabajo no es un drama
El mejor método para escapar del síndrome postvacacional es prevenirlo, reservando unos días para adaptarnos al regreso a la rutina (ir cambiando horarios, empezar a leer los mails pendientes etc.) e intentar mantenernos relajados. Conviene no tomarse las cosas a la tremenda y mentalizarnos de que la “vuelta al cole” no tiene por qué ser tan mala.
Aquí la achicoria puede servirnos de gran ayuda. Al tratarse de una bebida que no contiene nada de cafeína, ni ningún tipo de excitante, nos facilita el poder seguir relajados y mantener la calma. Degústala tranquilamente, saboreándola, mientras escuchas música para aislarte del mundo y te concentras en pensamientos agradables.
Imagínate entrando por la puerta de tu trabajo con una sonrisa en la boca, siente la añoranza de tus amistades laborales y alégrate porque dentro de poco las volverás a ver, revive esos plácidos momentos en los que llegas a casa y te tomas una taza de achicoria tras salir de trabajar mientras te sientes satisfecho de lo bien que has hecho tu trabajo, …
Otros trucos:
- Los psicólogos recomiendan ir haciéndose a la idea del regreso al trabajo, poco a poco, e ir preparando la reentrada con cierta antelación:
- Valora la idea de dedicar ratos a romper la rutina practicando actividades gratificantes que te hagan sentirte bien. Por lo menos durante los primeros días y si poder ser más, mejor….
- Concédete también algún que otro capricho. Así la vuelta al trabajo será más llevadera con tu pequeño deseo recién cumplido. 🙂