Beber al menos 2 litros de agua a lo largo del día es la mejor práctica para tener una piel cuidada. ¿Cómo hacerlo sin acabar harto de agua? Alterna el agua con infusiones o café de achicoria, frutas jugosas o verdura fresca.
Dice la sabiduría popular que la cara es el espejo del alma. Este dicho es completamente acertado ya que, en la mayoría de personas, el rostro es un fiel reflejo de los sentimientos que experimentan o del estado de salud por el que atraviesan en esos momentos.
Asimismo, la cara -y la piel en general- puede ser también un buen chivato de nuestra alimentación. En ella es posible leer si llevamos una dieta saludable -si ingerimos los nutrientes y vitaminas que requiere el cuerpo- o si nuestros grado de hidratación es el adecuado. Este último punto es vital para el cuidado de piel.
Hay que tener en cuenta que el cuerpo está compuesto en un 60% de agua, aproximadamente (alrededor del 20% de ella se encuentra en la piel) y se pierden unos 2 litros de agua al día. Además, el agua es esencial para llevar los nutrientes a las células, facilitar la digestión, eliminar toxinas o regular la temperatura corporal, entre otras funciones corporales, así que reponer esta pérdida es el primer paso para llevar un estilo de vida saludable.
Partiendo de este punto, beber al menos 2 litros de agua a lo largo del día -y más si se practica alguna actividad deportiva de alta intensidad o si las temperaturas del ambiente son elevadas- es un buen método para tener una piel más cuidad y con mejor aspecto.
Cómo hidratar la piel (y no acabar hasta el gorro del agua)
Para que la hidratación sea efectiva hay que beber constantemente, incluso cuando no se tiene sed, así que puede llegar a ser algo tedioso. Para evitarlo, puedes alternar bebidas o combinarlas con alimentos con un alto contenido líquido. Aquí van unos consejos:
- ¿Vas a resignarte a beber sólo agua? Prueba a alternarla con infusiones de achicoria. Prácticamente el 99% será agua y disfrutarás de todos los beneficios de la achicoria: 100% saludable y libre de estimulantes (conviene eliminar el alcohol ya que deshidrata y favorece la aparición de problemas cutáneos, como la psoriasis o la rosácea).
- Apuesta por las frutas: enteras o en zumo, las frutas son perfectas para mantenernos hidratados, sobre todo las más jugosas. Además, para el cuidado de la piel conviene elegir piezas ricas en vitamina C (naranjas, mandarinas, limones, kiwis, pomelos, etc.) y vitamina A (sandías, fresas, frutos rojos, etc.).
- ¡Hola verduras y hortalizas! Ya deberían estar en tu dieta -por los muchos beneficios que aportan- y si no es así estás tardando 😉 Los vegetales de hoja verde, como espinacas o lechuga, o las verduras y hortalizas, como pepinos, coliflor, pimientos, zanahorias o tomates, son alimentos ricos en agua (en torno al 90%). Además están cargados de vitaminas A, C y E, que cuidan la piel favoreciendo la producción de colágeno o por su acción antioxidante.
- Mascarillas y cremas hidratantes: adicionalmente se pueden usar cremas para mantener hidratada la piel. Las cremas caseras con aloe vera, aceite de almendras, miel, yogurt o huevos suelen ser muy efectivas. También la raíz de achicoria, aplicada en la piel, favorece el tratamiento de dolencias como seborrea, eccema o acné, gracias a su contenido en inulina.
Otros consejos para mantener una piel hidratada son dormir bien, al menos 8 horas para recuperar la producción de colágeno; mantener la piel limpia, pero sin pasarse para evitar incurrir en el efecto de evaporación que reseca la piel; y no tomar demasiado el sol, ya que la sobreexposición degenera el colágeno y la elastina.
¿Tienes algún truco para cuidar la piel? ¡Cuéntanoslo!