Inspiración

La importancia de elegir el agua en nuestras infusiones

A veces no reparamos en ella, pero es un ingrediente fundamental en las infusiones. El agua es la base del preparado y puede variar el sabor de tu taza de achicoria.

El agua supone el 99% de la infusión. ¿Te has preguntado alguna vez si utilizas la mejor para tu achicoria? ¿Crees que da igual? El agua influye notablemente en el sabor de las infusiones que te preparas cada mañana, en especial si utilizas agua del grifo ya que dependiendo de la zona donde vivas puede ser más o menos dura.

¿Qué significa eso? Que el agua sea dura o blanda depende de nivel de minerales presentes en la misma (calcio, magnesio, sodio, etc.). En una proporción adecuada son beneficiosos, pero si hay un exceso influye en su sabor y, por consiguiente, también de todo lo que se prepare con ella. Sí, ¡también el sabor de tu infusión de achicoria!

Para saberlo se recurre a la medida del Residuo Seco o TDS (Total Dissolved Solids) que mide los minerales del agua y el residuo sólido que queda tras la evaporación. Como norma general se considera “excelente” aquella agua con menos de 300 ppm (partes por millón).

Catadores de agua asocian un nivel alto de TDS a un sabor más destacado en boca, pudiendo enmascarar en parte el sabor de las infusiones. Por el contrario, hay quien encuentra que el agua destilada o filtrada (sin minerales) es demasiado neutra y tiende a dejar las infusiones ‘sosas’.

En definitiva, no debemos tomar el TDS como única base del rechazo o aceptación de un agua, sino como un indicador más. Existen ciudades con aguas corrientes muy buenas y sin embargo tienen niveles de TDS relativamente altos. Otro aspecto a tener en cuenta es el cloro que se le añade al agua, necesario para la desinfección, que en ocasiones puede ser perceptible.

Entonces, ¿qué agua es mejor para mi infusión de achicoria?

Como todo en esta vida depende del gusto de cada uno, aunque se acepta como algo normalizado considerar el agua mineral natural o el agua de manantial como las mejores opciones para hacer infusiones.

Ambas son de origen subterráneo, emergiendo espontáneamente o bien mediante sondeos o pozas. Solo se diferencian en un aspecto: el agua de manantial tiene un nivel y composición de minerales variable; mientras que el agua mineral es constante. Sin embargo, los beneficios y pureza en ambos casos son prácticamente los mismos.

La mayoría son de mineralización débil, pero aporta los oligoelementos y minerales justos para un correcto funcionamiento del organismo. Además, llegan sin sufrir alteraciones desde los depósitos fluviales donde descansa, lo que es una garantía de salud.

Ya uses agua mineral natural, agua de manantial o agua del grifo, lo que está claro es que las infusiones son una manera sana y natural de hidratarte. Ten en cuenta que somos un 60% agua y perdemos alrededor de 2 litros al día, ¡y hay que reponerla!