A medida que nos hacemos mayores valoramos en mayor medida el afecto y la importancia en nuestra vida de nuestros seres queridos. A fin de cuentas, son un ancla que nos mantiene apegados a la vida. Por eso, es necesario demostrarles el cariño que les profesamos. Se acerca el Día del Padre, y puede que aún no tengas decidido qué regalarle.
Te proponemos una idea original: ¿qué tal si este año en vez de los consabidos calcetines le ofreces tu tiempo y compartes con él unos momentos junto a una taza bien caliente de achicoria? Seguro que logra transportaros al pasado, a los años de tu infancia, cuando tu padre era lo más importante de tu vida porque… ¿sabes qué? Tú sigues siendo lo más importante de la suya.
Cada 19 de marzo ocurre la misma historia. Hay que regalar algo a nuestro padre. Entonces recurrimos a los tópicos y acabamos comprando corbatas, calcetines, colonias etc. Es muy fácil, le regales lo que le regales tu padre siempre te va a poner buena cara. Pero, asúmelo, algún año has entrado dentro de la categoría de los peores regalos para el Día del Padre.
Para que eso no vuelva a ocurrirte, plantéate ser más original. ¿Por qué en vez de regalar un objeto no optas por ofrecer algo más valioso? En definitiva, el tiempo es el tesoro de nuestras vidas. Atrévete y este año organiza una velada con tu padre que tanto él como tú siempre guardareis en la memoria. Recrea los momentos de tu infancia y acompáñalos de un par de tazas calientes de achicoria.
Seguro que logras revivir aquellos momentos tan agradables en la cocina de tu casa familiar, compartiendo un desayuno entre charlas y risas. Por un instante conseguirás que tu padre vuelva a ser un hombre joven y lleno de vida, que afronta con ánimos renovados la aventura de la paternidad.
Y es que existen olores y sabores que, sin quererlo, nos retrotraen a nuestra infancia. Sensaciones evocadoras que nos transportan a otras épocas. La achicoria es una fuente de este tipo de emociones, ya que a todos nos recuerda nuestra infancia, el sabor de las infusiones de la abuela, los desayunos en familia con la mesa llena de seres queridos, el olor de la cocina por la mañana al levantarnos etc.
Y si te parece poco, también puedes abrir tu corazón y confesarle a tu padre lo que sientes por él, con alguna felicitación que le llegue a lo más hondo. De esta manera conseguirás demostrar a tu padre que sigue siendo la persona más importante de tu vida, y que pase lo que pase, lo seguirá siendo por siempre.