La salud debería estar en lo más alto de nuestra lista de prioridades. Si no es así, es posible que no te cuides lo suficiente. El 7 de abril, se celebra el Día Mundial de la salud, así que es un buen momento para examinar qué puedes haces para cuidar tu salud.
Salud. Es una simple palabra pero sus connotaciones son importantes. La usamos para brindar y desear bienestar y felicidad a familiares o amigos, aunque en demasiadas ocasiones no la valoramos lo suficiente o no le prestamos la atención que se merece.
Es como el agua corriente, por poner un ejemplo trivial; está ahí cuando la necesitamos y mientras funcione pasa desapercibida, pero cuando falta es cuando se la echa de menos. Ya nos lo avisa un refrán popular: “La salud no es conocida hasta que es perdida”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social. Pero para llegar a ese estado ideal -que a su vez nos ayudará a ser más felices– debemos esforzarnos por llevar una vida sana a través de unos hábitos alimenticios saludables y una actividad física regular.
Desde 1950, el Día Mundial de la Salud se viene celebrando cada 7 de abril para conmemorar el día de la fundación de la OMS en 1947. Por lo tanto, es un buen día para testar si vas por buen camino. ¡No valen escusas!
¿Qué puedo hacer para cuidarme mejor?
Recuerda: la salud debe ser la prioridad en nuestros actos cotidianos; si en el desayuno apuestas por bebidas sin estimulantes (¡ahí está la achicoria J para ayudarte!); si subes por las escaleras en lugar de coger el ascensor; si te tomas unos minutos para relajarte; si de vez en cuando te das algún capricho; o si dedicas tiempo de calidad a tu familia… ¡Ya estas cuidando tu salud!
Si tiramos de más refranes para ilustrar la importancia de una buena salud, hay uno que es muy ilustrativo: “Más vale prevenir que curar”. Ahí está la clave: en la prevención. Se trata de poner la venda antes de la herida -“curarse en salud”, como se suele decir-, aunque sin alarmismos.
Sigue estos consejos de la OMS sobre alimentación y actividad física para lograrlo:
- Come más frutas y verduras: al menos 400 g. al día (unas 5 raciones).
- Reduce la grasa: menos del 30% de la ingesta calórica diaria.
- Toma menos azúcar y sal: reducir al 5% la ingesta calórica total de azúcares libres (menos de 25 g.). Por su parte el consumo de sal no debería superar los 5 g. al día.
- Haz ejercicio regular: al menos 150 minutos semanales (lo ideal son 300 minutos) con 2 días de fortalecimiento muscular.
- Abandona hábitos pocos saludables: bebidas azucaradas o estimulantes, tabaco, alcohol, alimentos procesados, sedentarismo, etc.
- Revisa tu salud: acude a revisaciones médicas periódicas.
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