Los niños en el jardín de infancia, con su sistema inmunológico aún en desarrollo, comúnmente experimentan diarreas, fiebres y otros problemas de salud inmunológica. Por este motivo el profesor Tamàs Decsi, de la Universidad de Pécs (Hungría) y del departamento de Pediatría del Centro Clínico de la Universidad de Pécs y la Escuela de Medicina en Hungría, realizó un estudio (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30776899/)
Entre 258 niños sanos con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años durante un periodo de 24 semanas en invierno. Utilizó una metodología de vanguardia y un ensayo aleatorizado, doble ciego, es decir, controlado con placebo, administrando a los niños 6 g de fibra de raíz de achicoria diarios.
El profesor intuía que agregar este tipo de prebióticos a su dieta tiene sentido puesto que la inulina y la oligofructosa son los únicos prebióticos extraídos de plantas clínicamente probados y ya existen una gran cantidad de investigaciones que respaldan el impacto beneficioso de las fibras prebiótica de raíz de achicoria para promover bacterias beneficiosas en el intestino y crear un ambiente más favorable en el intestino grueso. Como todas las fibras, la inulina dietética no se digiere en el intestino delgado, sino que viaja intacta al colon (intestino grueso), lo que la convierte en forraje para las bacterias intestinales residentes.
Además, en el caso de los bebés, otro estudio que forma parte de EARNEST (investigación colaborativa para estudiar el efecto a largo plazo que tienen determinados nutrientes ingeridos durante las primeras etapas de la vida financiado por la Unión Europea y llevado a cabo en la Universidad de Munich) se demostró que el enriquecimiento prebiótico de la leche de fórmula infantil con inulina reduce la duración de las infecciones en el primer año de vida de los bebés. Demostrando así que los prebióticos de origen no lácteo pueden imitar el efecto prebiótico de la lactancia materna y, en consecuencia, tienen efectos positivos en el desarrollo postnatal del sistema inmunológico.
Los hallazgos del estudio asociaron recuentos más altos de bacterias beneficiosas (bifidobacterium y lactobacillus) en las heces y menos fiebres que requieren atención médica. El estudio concluyó que el consumo regular de fibra prebiótica de raíz de achicoria mantiene el nivel de bifidobacterias beneficiosas más alto y más estable, reduciendo las alteraciones en la composición de la microbiota, especialmente en aquellos niños sometidos a tratamientos con antibióticos. En general, los niños que había necesitado antibióticos mostraron una reducción de la microbiota, incluidas las bifidobacterias, sin embargo, aquellos niños que, usando antibióticos, también recibieron suplementos prebióticos, demostraron una presencia significativamente mayor de bifidobacterias en comparación con los que ingirieron el placebo durante el estudio.
¿A qué esperas para acostumbrar a tus hijos a tomar achicoria? No tiene por qué ser un sustituto de las bebidas con cacao que tanto les gustan, pero puede ser una alternativa en cualquier momento, el desayuno, la merienda o incluso, llevar un termo para las excursiones o salidas familiares. Si es bueno para ti ¿por qué no lo va a ser para ellos?